Habilidades profesionales. Soft Skills ¿Habilidades esenciales?
Piensa en ti. ¿A quién elegirías para formar parte de tu equipo? ¿Qué te hace valorar a un profesional?
Imagina a ese gran profesional en quien confías plenamente. Imagina a personas de diferentes ámbitos, profesionales de la abogacía, la medicina, la ingeniería, la agricultura o el diseño. Ponles rostro. ¿Qué te lleva a afirmar que son grandes en su oficio? Evidentemente que sepan jurisprudencia, que estén al día de los últimos avances médicos, que conozcan las innovaciones tecnológicas, agrícolas o los nuevos materiales para diseñar un espacio. Ese es siempre un prerrequisito. Pero, ¿verdad que cuando has pensado en ese gran profesional en quien confías plenamente, cuando le has puesto cara, pensabas en otras cosas? Así es, nos pasa a todos.
Buscamos personas que nos escuchen, que se pongan en nuestro lugar, que busquen solución a ‘tu’ problema, que busquen caminos por los que tú quieres transitar. Si quieres que diseñen tu casa quieres que te escuchen, para conocer tus gustos, para entender qué es para ti un espacio acogedor. Si vas a un médico quieres que se preocupe por ver más allá de tu hígado o tu garganta, quieres que te ayude a mejorar tus hábitos desde donde estás.
Si te dedicas, como yo, al ejercicio de la abogacía sabrás que has de trabajar con otras personas. En nuestro caso con clientes, compañeros de despacho, compañeros contrarios, jueces o funcionarios del juzgado. Ahora pon los equivalentes en tu profesión.
Todos los asuntos que en Justicia, en medicina o en arquitectura tratamos tienen un componente emocional. Si hablamos de Derecho, ese componente es inherente a todo procedimiento judicial, ya sea un tema de familia, un tema penal, laboral o económico. Todo está impregnado de emociones.
¿Cómo he conseguido relacionarme con éxito con colegas y con clientes? Desde el convencimiento de que para mejorar profesionalmente es fundamental desarrollar habilidades emocionales.
Por eso, no nos basta con conocer el Derecho, la Medicina o la Ingeniería para realizar bien nuestro trabajo. En nuestra labor influyen diferentes aspectos, algunos de los cuales no se enseñan en la universidad y, para muchos, pasan desapercibidos durante el desarrollo o la práctica de su profesión. Nos referimos a esos conocimientos, esas habilidades relacionadas con la competencia emocional
El ejercicio de cualquier profesión está permanentemente atravesado por emociones. En la Abogacía, desde el inicio al final de todo el proceso, en cada una de las fases. En la soledad de la preparación de los casos, en el debate entre compañeros sobre qué enfoque dar a los procedimientos, en la relación con los clientes, en la ‘puesta en escena’ en el Juzgado…, en cada una de las facetas las emociones juegan un papel esencial.
Es así porque nuestro trabajo está relacionado con nuestros deseos, con la percepción de la realidad que cada persona tenemos, con el contexto en el que hemos crecido y en el que nos desarrollamos.

Cuando un buen dermatólogo ve tu piel, ha de contar con indiscutibles conocimientos profesionales. Cuando un abogado afronta un caso ha de conocer los marcos legislativos y estar al día de cada una de las normas que se dictan, en algunos momentos de forma verdaderamente vertiginosa. Un abogado que no sabe leyes es como un cardiólogo que desconoce el funcionamiento del corazón o las cirugías y tratamientos más avanzados. Así que la solvencia legislativa es siempre un prerrequisito. Un buen profesional ha de estudiar mucho y a lo largo de toda su carrera profesional.
Y también necesita desarrollar habilidades para la vida. Habilidades que le ayuden a escuchar mejor, a ponerse en el lugar del otro, a comunicar mejor. Un profesional que cuente con estrategias para ayudarte a perseguir tus metas o a transitar por caminos, en ocasiones, difíciles y largos. Aprender esas habilidades profesionales es esencial y da un plus a tu trabajo porque te hace mejor persona y no hay grandes profesionales que no sean grandes personas.
La buena noticia es que se aprenden y se enseñan. A formarme en esas habilidades he dedicado años de mi vida. Estoy acabando un libro que pronto conoceréis. Y formar en esas habilidades a otros colegas es mi pasión.